Cada empresa, tarde o temprano, recurre a la deuda para crecer. Es en estos casos cuando se habla de apalancamiento financiero. Pero, ¿a qué se refiere este término? El apalancamiento tiene significados ligeramente diferentes según el contexto en el que se utilice, ya sea en las finanzas personales, en el mercado de valores o en los negocios. En todos los casos, recurrir a él puede ayudar a alcanzar un objetivo.

¿Qué es el apalancamiento financiero?

El apalancamiento financiero, conocido también como ‘leverage’ en inglés, se refiere al uso de capital prestado para financiar inversiones con el objetivo de aumentar la rentabilidad de un negocio. Aunque idealmente las empresas deberían poder operar únicamente con recursos propios, la realidad demuestra que muchas veces necesitan recurrir al endeudamiento, especialmente las pequeñas empresas y startups. Estas suelen enfrentarse a limitaciones en sus recursos y encuentran en el apalancamiento financiero, una herramienta clave para impulsar su crecimiento.

En un escenario favorable, el apalancamiento financiero incrementa la rentabilidad, ya que el capital prestado genera mayores ingresos que los costos asociados al endeudamiento. Sin embargo, en contextos adversos, puede convertirse en un factor que agrava las dificultades financieras, poniendo en riesgo la estabilidad de la empresa. 

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Cálculo del apalancamiento financiero: paso a paso

Como saben muy bien los que hayan cursado un Máster en Finanzas o un Máster en Dirección Financiera, determinar el nivel de apalancamiento financiero de una empresa implica calcular cuánto del total de las operaciones se financian mediante deuda en lugar de capital propio. Esto se logra a través de una fórmula que compara el capital invertido total con el capital propio disponible. La ecuación es:

\[Apalancamiento Financiero = \frac{Capital Total Invertido}{Capital Propio}\]

Un ejemplo práctico ayuda a ilustrar este cálculo: supongamos que una empresa posee activos totales por 100.000 euros y su capital propio es de 10.000 euros. Al dividir estos valores, obtenemos un índice de apalancamiento de 10. En un caso similar, otra empresa con activos de 200.000 euros y el mismo capital propio tendría un índice de 20, lo que refleja un mayor uso de capital externo.

Este indicador no solo mide la proporción de deuda, sino que permite evaluar hasta qué punto el endeudamiento es sostenible. Un valor bajo indica un predominio de recursos propios, lo que reduce el riesgo financiero. Por el contrario, un valor elevado señala una alta dependencia del capital prestado, lo que puede aumentar tanto las oportunidades como las amenazas.

Ejemplos de apalancamiento financiero

Para comprender mejor el impacto del apalancamiento financiero, imaginemos dos escenarios distintos. 

En el primero, una empresa utiliza un préstamo para adquirir maquinaria que incrementa significativamente su capacidad de producción. Los ingresos adicionales permiten cubrir el costo del préstamo, generando beneficios netos. Este uso adecuado del apalancamiento financiero evidencia cómo el endeudamiento puede ser un catalizador de crecimiento.

En el segundo escenario, una compañía invierte en un proyecto durante una recesión económica. Los ingresos generados no son suficientes para cubrir los intereses de la deuda, lo que lleva a la empresa a una crisis de liquidez. Este ejemplo muestra el lado adverso del apalancamiento, donde el exceso de deuda puede agravar las dificultades financieras.

Tipos de apalancamiento financiero

El apalancamiento financiero puede adoptar distintas formas, dependiendo del contexto y del enfoque. Entre las más comunes se encuentran el apalancamiento operativo, que mide la relación entre costos fijos y variables en una empresa, y el apalancamiento combinado, que evalúa el efecto conjunto del endeudamiento y los costos operativos fijos. 

Un enfoque más específico es el apalancamiento basado en inversiones. Aquí, las empresas toman préstamos con tasas de interés bajas para financiar proyectos que prometen retornos superiores al costo de la deuda. Este tipo de apalancamiento financiero es especialmente relevante en sectores como el inmobiliario o la manufactura, donde el uso de grandes capitales es una necesidad estratégica.

Por otro lado, en el ámbito del trading financiero, la noción de apalancamiento se centra en la capacidad de los inversores para operar con mayores volúmenes de capital del que poseen, asumiendo el riesgo de amplificar tanto sus ganancias como sus pérdidas. Este enfoque está regulado para mitigar riesgos extremos, como en los contratos por diferencia (CFD), que limitan la exposición máxima permitida.

Una empresaria están haciendo leyendo informes en su despacho

¿Cómo interpretar un apalancamiento financiero?

La interpretación del apalancamiento financiero varía según el resultado del cálculo. Si el índice es igual a 1, significa que la empresa opera únicamente con capital propio, evitando riesgos relacionados con el endeudamiento. Un valor superior a 1 indica que se utiliza capital externo, pero siempre que el resultado no supere el 2, el nivel de endeudamiento se considera razonable.

Cuando el índice excede el valor de 2, la empresa se encuentra en una situación de alta dependencia del endeudamiento. Esto puede ser un indicador de problemas potenciales, ya que los costos financieros podrían superar los beneficios obtenidos. Sin embargo, en algunos casos, un alto apalancamiento puede ser positivo si el retorno sobre la inversión (ROI) supera el costo de la deuda.

Este índice no debe confundirse con el resultado que obtenemos a partir de la fórmula del apalancamiento, ya que, aunque ambos proporcionan una visión global de la situación económica de la empresa, el cálculo del apalancamiento se basa en la relación entre los activos totales y el capital propio, lo que da un valor que indica el grado de dependencia del capital externo, pero sin utilizar porcentajes.

Por ejemplo, si el ROI de una empresa es del 12% y el costo del préstamo es del 6%, la diferencia positiva beneficia a los accionistas. Por el contrario, si el costo del endeudamiento supera los ingresos generados, el impacto en la rentabilidad será negativo, disminuyendo el atractivo para los inversionistas.

En definitiva, el apalancamiento financiero es una herramienta estratégica para las empresas que buscan maximizar su crecimiento. Aunque su uso conlleva riesgos, también ofrece oportunidades significativas cuando se administra de manera responsable. La clave está en encontrar un equilibrio entre los recursos propios y externos, evaluando constantemente el impacto del endeudamiento en la rentabilidad y la sostenibilidad del negocio.

En un entorno competitivo, donde las decisiones financieras determinan la supervivencia y el éxito, comprender el apalancamiento y aplicarlo adecuadamente puede marcar la diferencia. Por ello, monitorear indicadores clave como el ROI, el ROE y el costo del capital es esencial para diseñar estrategias que potencien los recursos disponibles y aseguren un crecimiento sostenido.