Metodología lean startup: clave para el éxito en el emprendimiento moderno
Un sistema científico para verificar, con tiempos y costos reducidos, si un producto o servicio funciona en el mercado: en esto consiste la metodología lean startup. Desarrollado en 2008 por Eric Ries, el método propone un nuevo enfoque para el lanzamiento de productos y servicios innovadores, que es especialmente adecuado para startups, las cuales por definición necesitan procesos innovadores para sobrevivir y prosperar.
¿Qué es la metodología lean startup y cómo funciona?
La lean startup es un conjunto de metodologías utilizadas para desarrollar negocios sostenibles en contextos de incertidumbre. El método surgió en Silicon Valley en 2011 y rápidamente se difundió entre las empresas de todo el mundo. Se trata de un enfoque radical para el lanzamiento de iniciativas innovadoras - ya sean compañías emergentes o nuevos proyectos dentro de grandes corporaciones consolidadas -, que ayuda a identificar un camino hacia un negocio sostenible, reduciendo drásticamente tiempos y costos, y, por ende, las probabilidades de fracaso.
El término lean startup proviene de la aplicación de las teorías de Lean Thinking (pensamiento esbelto) elaboradas por Eric Ries y del uso de metodologías llamadas ‘ágiles’, un conjunto de teorías y prácticas que permiten realizar cambios sin que el costo de los mismos sea excesivo. Debido a su amplio rango de aplicaciones, esta metodología se estudia con atención en el MBA que prepara al emprendimiento en un mercado en constante evolución.
El método elaborado por Ries implica la continua aplicación de las tres fases build-measure-learn, es decir, ideación-verificación-modificación del proyecto, para construir lo más rápido posible el producto (o servicio), verificando y midiendo los resultados y, finalmente, utilizando los datos obtenidos para mejorar el producto, con el proceso que se repite cíclicamente.
La idea es empezar con un ‘minimum viable product’ (producto mínimo viable), para luego adaptar el producto a las necesidades del cliente basándose en los comentarios recibidos de este. De esta manera, se logra ofrecer una respuesta coherente al cliente y, al reducirse tiempos y costos, se minimizan los riesgos del mercado. Este enfoque minimalista en todo el proceso es el origen del nombre, que literalmente significa ‘startup ágil’.
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¿Para qué sirve la metodología lean startup?
Aunque la metodología lean startup puede aplicarse con éxito a cualquier tipo de producto o servicio (Ries se inspiró en la filosofía de ‘lean manufacturing’ aplicada por Toyota en los años setenta para minimizar el desperdicio de dinero, tiempo y materiales), fue concebida específicamente para startups. Estas empresas emergentes, de hecho, suelen presentar una situación financiera ajustada y no pueden permitirse lanzar productos o servicios que no logren una rápida aceptación por parte de los clientes.
Como explica Ries en su libro 'The Lean Startup’, el objetivo de esta metodología no es ahorrar en la producción, sino producir innovación sólo cuando los usuarios la necesitan. Si una propuesta de innovación no es aceptada de inmediato por el mercado, es un desperdicio de tiempo y recursos y debe ser rápidamente abandonada.
Sin embargo, la metodología lean startup no debe limitarse solo a startups o pequeñas y medianas empresas. Incluso una empresa tradicional puede aplicarla, siempre y cuando defina claramente sus objetivos o, más específicamente, los impulsores del negocio, y proceda con soluciones tecnológicas incrementales que permitan realizar ajustes menores sin asumir riesgos excesivos.
No obstante, hay quienes sostienen que contar con una estrategia sólida es más útil e importante que realizar numerosos tests de mercado. Según estos críticos, de hecho, un continuo enfrentamiento con el mercado no garantiza el éxito de una empresa, y recibir demasiados feedback de los clientes puede incluso generar confusión en el emprendedor. Además, el método lean startup puede producir falsos negativos, provocando la muerte prematura de buenas ideas, ya que no existe una regla clara que determine cuándo un test debe considerarse fallido o exitoso.
¿Cómo aplicar el método lean startup en tu emprendimiento?
Dicho esto, para sobrevivir en la actualidad, orientarse hacia la lean startup, superando las amenazas percibidas al lanzar un nuevo negocio en el mercado puede ser de gran ayuda para las empresas. Entre las amenazas percibidas se encuentra el frecuente temor de que una idea pueda ser robada, un concepto que no tiene cabida en la metodología lean startup, ya que esta premia no tanto la idea, sino la capacidad de ejecutarla.
Otro desafío a superar es el riesgo-temor de la competencia, que puede superarse aprendiendo rápidamente cómo funciona el producto en el mercado y cómo mejorarlo. También está la carga de una marca fuerte poco flexible a las innovaciones, que, sin embargo, puede superarse utilizando marcas ficticias para probar nuevos productos.
Para superar todos estos temores, la lean startup ofrece dos alternativas novedosas: la primera es la prototipación, o prueba del producto antes de desarrollar un prototipo; la
segunda, como ya hemos visto, es el Minimum Viable Product (MVP), es decir, la definición de un conjunto mínimo de características que debe tener un producto para ser viable (capaz de llegar al consumidor y ser utilizado).
Para aplicar el método lean startup la empresa debe activar un ciclo de producción mucho más rápido que el tradicional, intentando ensayar cada etapa a medida que avanza en el proceso. Es necesario aprender qué ocurre en cada ciclo de producto y adaptar el ritmo en función de ello. Cada ciclo se evalúa con una muestra real de clientes a través de un embudo de conversión (funnel), que visualiza cómo los usuarios se convierten en ventas.
En definitiva, el método lean startup permite a una startup o a una empresa tradicional que lo adopta crear un producto basado en las necesidades del cliente, reduciendo tiempos y costos, y minimizando los riesgos del mercado. Este enfoque ha permitido a compañías como Facebook, Uber, Alibaba y Airbnb convertirse en gigantes en sus sectores, a pesar de no poseer activos físicos o de contenido, lo que ha redefinido los límites del mercado global en el que operan empresas e individuos. Estos límites ya no son los tradicionales, geográficos o sectoriales, sino puramente digitales.