¿Qué es el I+D+I y cuál es su importancia en una empresa?
Hubo un tiempo en el que la innovación se consideraba sólo prerrogativa de las grandes empresas tecnológicas o de las startups. Al mismo tiempo, en una organización el desarrollo y la investigación a menudo se confían a departamentos especializados. Por el contrario, cuando nos preguntamos qué es I+D+I, además del significado técnico debemos entender que es la puerta de entrada a un cambio radical de mentalidad.
Si bien los enfoques tradicionales de la innovación (como la investigación y el desarrollo internos) siguen aportando contribuciones importantes, conceptos como el open innovation, el crowdsourcing y la cocreación se han consolidado en las últimas décadas. En general, lo que las organizaciones no pueden prescindir es una estrategia de innovación abierta a influencias externas y continuamente actualizable.
¿Qué es el I+D+I?
Para entender qué es el I+D+I, primero debemos aclarar qué significan las tres letras que componen esta sigla. La primera I corresponde a investigación, la D a desarrollo y la segunda I a innovación. Cada una es consecuencia de la otra. De hecho, si las ideas más brillantes pueden presentarse inesperadamente, las innovaciones nunca surgen por casualidad, sino que se desarrollan conscientemente dentro de contextos en los que ciertas prácticas y procedimientos de investigación ya están en funcionamiento.
Todo esto debe guiarse por una estrategia precisa, ya que a menudo grandes inversiones, equipos dedicados e intuiciones formidables no son suficientes. Las organizaciones necesitan una mentalidad y herramientas compartidas. Una estrategia de I+D+I se puede definir como el conjunto de políticas o comportamientos que una empresa diseña e implementa para lograr un objetivo de innovación específico dentro de un entorno competitivo. Para lograrlo, todos los equipos involucrados deben estar alineados en objetivos y prioridades compartidos.
No en vano, el Harvard Business Review indica los mayores obstáculos para el retorno de la inversión en innovación en la falta de políticas corporativas, la ausencia de una cultura de innovación común y de visión. No se trata, por tanto, de falta de ideas o de presupuestos reducidos para desarrollarlas, sino de incapacidad de insertar la investigación y el desarrollo en una dinámica corporativa colectiva.
Importancia de la investigación, desarrollo e innovación en empresa
Según Steve Jobs, la innovación es lo que distingue a un líder de un seguidor y los datos que recoge anualmente el Boston Consulting Group son prueba de ello: las 50 empresas más innovadoras del mundo son líderes en sus sectores y han alcanzado estas posiciones porque hicieron de la innovación su prioridad número uno en su modelo de negocio.
Por su parte, el estudio Innovating in the Exponential Economy, del profesor Feng LI, titular de la Cátedra de Gestión de la Información en la Bayes Business School de la Universidad de Londres, reveló que la incapacidad de transformar ideas en nuevos productos, servicios y estrategias, de forma sostenida, sigue siendo un elemento de riesgo de fracaso para las organizaciones.
El objetivo de un proceso de investigación, desarrollo e innovación no es sólo encontrar un nuevo producto (o servicio o modelo de negocio), cuyo valor sea claramente percibido por los usuarios/clientes, sino mirar hacia el futuro y tener el valor de salir de su zona de confort, optimizando y diferenciando servicios y procesos a través de inversiones estratégicas. El objetivo final, por tanto, es impulsar la mejora efectiva en la empresa, abrirse a nuevas soluciones y gestionar con éxito la complejidad del escenario global.
Para demostrar que entienden lo que es I+D+I, las empresas deben saber conectar ideas, información, tecnologías y servicios, manteniendo una perspectiva centrada en el cliente y el negocio. Esto impone la necesidad no sólo de crear una innovación que esté a la altura de las expectativas, sino también de perfeccionarla continuamente en un ciclo de auto-mejora constante.
Sin una estrategia global de I+D+I, los esfuerzos por crear, mejorar y hacer relevante la innovación se reducen a una lista de tácticas que, aunque efectivas individualmente, no logran impactar en la realidad en su conjunto. Esto se debe a que la capacidad de innovación de una organización deriva de un sistema coherente de procesos y estructuras interdependientes.
Beneficios de la investigación, desarrollo e innovación empresarial
Para quienes aspiran a una carrera brillante en el mundo empresarial, y que, por ejemplo, decidan estudiar un Grado en Administración y Dirección de Empresas, la actitud hacia la innovación y la investigación debe ser la base sobre la que injertar todas las demás competencias. No es de extrañar que el mundo académico también se haya adaptado a esta necesidad ofreciendo cursos como el Máster en emprendimiento que hace del I+D+I una premisa imprescindible.
Empresas de todos los tamaños, desde startups hasta multinacionales, pueden beneficiarse enormemente de la implementación de un modelo funcionante de I+D+I. Sin embargo, cada empresa tiene su manera original de conectar estrategia e innovación, dentro de un modelo que debe ser ante todo funcional a sus necesidades específicas.
Una estrategia de innovación resulta extremadamente eficaz a la hora de delinear los objetivos de investigación y desarrollo empresarial y de organizar los esfuerzos para alcanzarlos. Contar con esta mentalidad ayuda a las organizaciones a superar los obstáculos, tanto los esperados e inevitables como los inesperados. Pueden establecer las metas y pasos necesarios para completar el recorrido, utilizando los recursos disponibles y las metodologías para probar nuevas ideas y así anticiparse al mercado, no persiguiendo a los cambios sino guiándolos.
Además, en una cultura corporativa innovadora y compartida, los empleados generalmente están más motivados y trabajan de manera más eficiente. Si por un lado se premia el espíritu de iniciativa individual, por otro los diferentes equipos colaboran hacia un objetivo común claro. El resultado es un aumento general de la productividad.
Si hoy la tecnología suele ser el principal motor de la ventaja competitiva, una estrategia de I+D+I puede revolucionar sectores enteros, o incluso crear un mercado desde cero. En el caso de Netflix, Amazon, Uber, Facebook, la innovación se refería más al modelo de negocio que a las tecnologías. Apple, por otro lado, es un perfecto ejemplo de empresa que aplica los principios de investigación, desarrollo e innovación a todo su ecosistema. La cuestión es que no existe un único tipo de innovación y ciertamente no existe una única estrategia válida para todas las organizaciones.